Para poner esto en perspectiva tomemos la sesión del lunes 14 de enero, cuando el diario The Wall Street Journal reportó que Apple habría disminuido los pedidos de los componentes de su iPhone 5 ante la débil demanda que el teléfono ha tenido. Ese día el S&P 500 perdió 0.1%, mientras que las acciones de la empresa de la manzana cayeron 3.6 por ciento. Sin éstas, el indicador hubiera cerrado con una ganancia de 0.04 por ciento.
La situación más parecida a ésta se dio entre 1981 y 1983, cuando IBM se encaminaba a liderar el mercado de las computadoras personales. En aquel entonces el S&P 500 obtuvo un rendimiento de 43%, del cual 11% fue gracias a la compañía tecnológica.
Otro de los problemas con Apple es su peso en el sector tecnológico. De las 70 compañías del sector listadas en el S&P 500, la empresa de Cupertino es la más grande con 19% del valor total. Contrario a otros sectores donde el líder tiene un peso similar, el caso de Apple es particular porque ninguna otra tiene una valor cercano al suyo; no existe un segundo lugar.
Desde que Apple lanzó el iPod (octubre del 2001), el producto que la volvió a poner en el mapa, hasta la fecha, las acciones de la compañía acumulan un rendimiento de 5,256%, mientras que, frente a su punto más alto de 702.10 dólares acumuló 7,400 por ciento. Desde el anuncio del iPhone, hace seis años, 428 por ciento.
Los analistas se dieron cuenta de que un portafolio de inversión podía tener un rendimiento 11% con las acciones de Apple; sin ellas la ganancia no habría superado el 3 por ciento. Era claro que los inversionistas debían invertir en la compañía.
Pero tener tanto dinero en una sola empresa pone a los inversionistas nerviosos, y este sentimiento se acrecienta cuando la compañía entrega resultados por debajo de las expectativas. Y el problema es que las esperanzas puestas sobre Apple son muy altas.
El 25 de octubre pasado, Apple dio a conocer los resultados de su último trimestre del año fiscal 2012 en los que reportó un incremento de 27% en ventas y un aumento de 24% en sus ganancias... por debajo de lo esperado por Wall Street. Cualquier analista hubiera esta feliz con estos resultados en otra empresa, pero no en Apple; las acciones cayeron 1% al día siguiente de 609.54 a 604 dólares.
Apple se ha convertido en la empresa más importante para Wall Street porque el furor que causa con cada lanzamiento la ha hecho redituable y la gente espera que lo siga siendo. A pesar de los buenos resultados, lo “bueno” ya no es suficiente para esta compañía. Además, existe otro pequeño gran factor, la tecnológica tiene el mayor valor bursátil en la Bolsa estadounidense.
Si mañana, cuando Apple entregue su reporte, los resultados no son los esperados por los analistas, podría empezar un ajuste en las expectativas y las preferencias de los inversionistas, lo cual significa necesariamente un retroceso de los títulos de Apple.
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